26 de noviembre de 2022

Por qué debemos creer en el Metaverso, contra viento y marea

"Aunque Meta (antes Facebook), que lanzó su programa metaverso en 2021, se enfrenta a pérdidas masivas, la llegada de la Web3 es inminente", afirma este experto en tecnología.
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Ignoremos a los "tecnoansiosos" que huyen del progreso como de la peste. Estos casandras de la tecnología se deleitan con las desgracias de Meta (antes Facebook). Se burlan descaradamente de la estrategia de una empresa que ya ha invertido más de 20.000 millones de dólares en el metaverso.

No se puede negar, las cifras no son buenas. 11.000 empleos recortados (el 13% de su plantilla) y una valoración bursátil que casi se ha cuadruplicado desde el otoño de 2021. Mark Zuckerberg siempre ha ido por delante. Encontrará su modelo económico y triunfará igual que lo hizo con Facebook o WhatsApp.

Aproximadamente 3.600 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, se conectan al menos a uno de los tres servicios una vez al mes.

El metaverso no será un segundo "Second Life

Algunos piensan que el metaverso se parece mucho a Second Life, que conocimos en 2003. En aquella época, expertos, periodistas y grandes marcas estaban entusiasmados con este videojuego en 3D en el que todo el mundo podía crear su propio personaje, deambular, interactuar con otros participantes, comprar y vender terrenos virtuales o ropa utilizando moneda digital. Sin embargo, el juego alcanzó el millón de usuarios antes de decaer.

Sin embargo, el metaverso no tiene nada que ver con "Second Life". En el mundo de la tecnología, proyectos como el reconocimiento de voz y los smartphones han tenido éxito 20 años después.

El progreso técnico como motor del éxito del metaverso

La principal razón para creer en el metaverso es el progreso tecnológico. Las herramientas digitales permiten procesar muchísima más información. Han surgido nuevos instrumentos, como los cascos de realidad virtual, que permiten un nivel de inmersión mucho mayor que una pantalla de ordenador.

Blockchain, esta base de datos compartida y, por tanto, totalmente descentralizada, certifica la propiedad de los activos digitales, incluidas las obras de arte o las divisas. Así, genera confianza en un mundo digital a veces oscuro.

Necesidad de simplificación

Es importante definir con precisión qué es el metaverso, sobre todo para los mayores de cuarenta años, para quienes el concepto parece tan claro como la niebla inglesa de noviembre.

Metaverso: ¡qué nombre tan peculiar! El término "Metaverso" apareció por primera vez en 1992 en una novela de ciencia ficción, "Snow Crash", publicada por el autor estadounidense Neal Stephenson. En este libro, los individuos podían conectarse, a través de unas gafas específicas, a un universo tridimensional donde las acciones virtuales tienen efectos en el mundo real. Otras obras de culto, como las películas Matrix (1999) o, más recientemente, Ready Player One (2018), también exploran universos digitales donde la ficción tiene tanto o más valor que la realidad.

Sin embargo, la etimología de la palabra "metaverso" por sí sola puede iluminar a los neófitos en tecnología. En griego, el prefijo "Meta" significa "más allá", y "Vers" es una forma condensada de universo. Así que, en términos sencillos, el metaverso es un mundo más allá de la realidad.

En la actualidad, no existe una única definición del metaverso ni una "versión metaversa 2022". En este sentido, es probable que el Meta de Mark Zuckerberg, al apropiarse del término, lo haya distorsionado ligeramente. Un metaverso abierto y accesible es posible. Depende de nosotros, profesionales de la tecnología, explicarlo bien.

El metaverso va a cambiar nuestra vida cotidiana.

La forma más sencilla de conseguirlo es explicar al mayor número de personas posible las virtudes del metaverso y lo que puede aportar a cada individuo en la vida cotidiana.

Entra en un mundo 3D, delante de tu pantalla, o para una inmersión total, con unos auriculares de realidad aumentada. Deambula, juega, haz deporte, visita un museo, compra un bolso o ropa, reúnete con tus amigos, haz nuevos amigos, asiste a una reunión de trabajo, visita un hotel antes de ir allí...

Todo esto ya existe. Eso es sencillamente el metaverso. Una web descentralizada que, gracias a blockchain, permite acceder a mundos virtuales, llamados metaversos, en los que se navega a través de un avatar.

Pocas personas escapan hoy a la Web2. Las redes sociales, los sitios de compras en línea, las plataformas de citas, las redes profesionales, son parte integrante de nuestras vidas. Lo que ofrece la Web3 es ir más allá realizando todas estas actividades de forma inmersiva, interactiva e inteligente.

Estoy convencido de que el futuro se despliega ante nosotros.

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